jueves, 1 de noviembre de 2007

FIESTA PATRONAL SAN MARTIN DE PORRES DE SAN JACINTO

¡UNA MUESTRA QUE LA MIGRACION POMABAMBINA LLEGO CON TODO!

Después de que Ramón Castilla aboliera la esclavitud en el Perú en 1854, la necesidad de mano de obra barata en las empresas agroindustriales de la costa se hizo más escasa. Las empresas azucareras vieron menguadas su personal traídas desde el África prioritariamente.
Con el transcurrir del tiempo, la entonces Hacienda Azucarera San Jacinto, ubicada en la zona costa de Ancash a 45’ al Sur Este de Chimbote, empezó a utilizar nuevas posibilidades de abastecimiento de personal, y es así, que mediante la modalidad del “enganche” empieza a contratar trabajadores procedente de las serranía de Ancash, consiguiéndolo en su mayoría de la zona de Pomabamba.
Los “enganches” eran una especie de contratos en donde al individuo se le daba un adelanto económico o en víveres, a cambio de ser descontados poco a poco de su posterior labor en la Hacienda. Claro, este contrato casi nunca se respetaba y nuestros pomabambinos terminaron siendo explotados, estafados en muchos casos e inclusive teniendo consecuencias funestas en su propia vida.
Eran los tiempos previos a la Reforma Agraria dada por Juan Velasco y la presencia de pomabambinos en San Jacinto ya era asombrosa. Conocidos “enganchadores” de la época, incluido pomabambinos, se llenaron los bolsillos a costa de sus propios hermanos y a través de reiterados viajes que duraban siete u ocho días cada uno; travesías penosas cruzando cumbres y quebradas y soportando las inclemencias del tiempo hasta llegar a su destino, o en otras, como consecuencia de alguna enfermedad propia de las alturas quedarse en el camino para siempre.
Momentos difíciles para muchos paisanos que de la adversidad empezaron a construir su propio futuro. Al ser evidente el progreso de algunos y con ese afán de superación de otros, siguieron llegando más hasta nuestros días pero ya de una manera independiente y con el mismo objetivo de laborar en la empresa en su mayoría o completamente ajena a ella en otros casos.
Es así que a inicios de los ochentas, la señora Amalia Melgarejo, añorando la música, costumbres, el folklore de su entrañable Pomabamba y embuida de entusiasmo, se rodea de amigas del barrio y unos cuantos paisanos más, e inicia un movimiento inusitado con el objetivo de que la fiesta de su naciente Barrio San Martín de Porres, celebre su fiesta patronal con algunas actividades costumbristas propias de Pomabamba.
Es cierto que en sus inicios fue una celebración sencilla y pasaron muchas dificultades, no existía la iglesia en el lugar y los propios paisanos eran incrédulos ante la posibilidad de tener una fiesta al estilo de Pomabamba.
Hoy es diferente, el Barrio San Martín de Porres de San Jacinto creció inexorablemente en el tiempo, como también creció su fiesta patronal. Es increíble ver cada año el 4 de noviembre la cantidad de pomabambinos del lugar, provenientes de Chimbote y de toda la Provincia del Santa darse cita para compartir y recordar con melancolía lo que experimentaron antaño.
Este populoso Barrio de San Martín, sin pensarlo se convirtió con el correr del tiempo en una especie de “sucursal” de Pomabamba. Cada año en el mes de noviembre, se viste de gala para rendir homenaje a su Santo moreno al compás de danzas, chimaychis, bandas, roncadoras y la espumante chicha de jora que se ofrece a los visitantes en cada capilla.
La fiesta se inicia un viernes en horas de la tarde con la presentación de todas las danzas. En los últimos años, los organizadores traen a las Anacas y a los Negritos de Lucma desde Lima. La danza Anti, huanquilla, huaridanza, huanca, pallas, etc., son una mezcla de danzantes y músicos llegados de Pomabamba y otros tantos que radican en San Jacinto.
Frente a la Iglesia del Barrio, se plantan dos capillas y una más en la zona de Cocharcas, desde donde baja la imagen del Santo Patrón al inicio de fiestas.
El día lunes en la tarde y como corolario de las festividades las danzas rodeadas de la multitud, nos deleitan con sus últimas exhibiciones de despedida, mientras se elige al próximo mayordomo y capitanes de danzas.
Quienes no uden ir a pomabamba, tienen la oportunidad de un grato reencuentro con sus tradiciones en San Jacinto una vez al año en noviembre; en esta fiesta patronal que poco a poco fue adquiriendo su propia identidad y que se ha constituido en un foco turístico alternativo en la jurisdicción y que de seguir mejorando, estamos seguro, superará tranquilamente a la misma fiesta patronal de San Jacinto.
Esperamos así sea, para orgullo de los pomabambinos que estan por estos lugares.


Prof. PEDRO ESCUDERO CARDENAS
pedritoe@hotmail.com





1 comentario:

aron dijo...

k buenisima informacion crei k no encontraria nada