Trabajadores agremiados a los recuperados sindicatos de obreros y empleados inician huelga indefinida contra la empresa agroindustrias San Jacinto
Como recordando aquellas gestas heroicas de lucha de antaño por la reivindicación de los trabajadores, desde las cero horas de anoche, los trabajadores agremiados a los sindicatos de trabajadores y campesinos (sindicatos de Obreros) y del sindicato de Empleados, después de una asamblea en sus locales respectivos, acordaron iniciar una huelga general indefinida, después de evaluar el petitorio solicitado a agroindustrias San Jacinto, con la finalidad de que éste les cumpla puntualmente con la totalidad de sus pagos que se les adeudan y se comprometan a remunerarles puntualmente en lo sucesivo, así como hacer de acuerdo a ley el deposito de sus CTS a alguna agencia bancaria para que gane intereses y no se vean perjudicados, así como reponer a los trabajadores despedidos injustamente por el simple hecho de reclamar y participar en movilizaciones.
El día martes, al promediar la medianoche, centenares de trabajadores acompañados de sus familiares salieron de los locales sindicales bajo el grito de justicia, reposición y arengas alusivas a que el miedo se acabó. Inmediatamente se armaron piquetes para bloquear todos los ingresos a la fábrica y así estuvieron hasta el amanecer en vigilia y con fogatas, convencidos de que la razón y la justicia estaban de su lado. Al amanecer aproximadamente un centenar de trabajadores llegados de Anexos reforzaron esta medida, al mismo tiempo otra cantidad más bloquearon las entradas a los Anexos y a Nepeña, paralizándose por completo todo tipo de tráfico, especialmente la circulación de cargamentos de caña provenientes del distrito y fuera de ella.
Lo que ocurrió durante la mañana, fue espectacular, la masa trabajadora en una cantidad enorme se trasladaron a las instalaciones de la fábrica a ubicar a los pocos amarillos y traidores logrando que se paralice la molienda de caña de azúcar. Posteriormente se movilizaron a las oficinas administrativas a intentar dialogar con los representantes de Agroindustrias San Jacinto, evidenciándose nuevamente un gran rechazo especialmente del Gerente General Juan Calisaya Medina, quien por enésima vez, cumplía la orden de anunciar que no accederían a sus requerimientos dizque porque la empresa estaba en crisis. Los trabajadores recordaron los record de molienda, la venta diaria de azúcar ya asegurada y la imposibilidad de que la crisis afecte la empresa toda vez que la venta de azúcar es constante, asegurada y no ha disminuido a comparación con años anteriores.
Al no presentarse respuestas favorables, la masa trabajadora y familiares en una reacción natural producto de la constante y larga opresión, echaron pintura amarilla al temido comandante Tassara quien terminó escondiéndose, después le tocó el turno al Gerente General Juan Calisaya, quien terminó volando por los aires y cayendo hasta en dos oportunidades a la piscina que es exclusiva para los altos funcionarios de la empresa.
En horas de la tarde, reunidos los funcionarios de la empresa con los representantes de los tres gremios sindicales existente en Agroindustrias San Jacinto y la participación del Coronel, Fiscal y Defensora del Pueblo llegados de Chimbote para la ocasión, se firmó un acta de compromiso, resaltándose entre otros, el cumplimiento de pagos de el Empresa les adeuda del mes de enero y el compromiso de pagar puntualmente en lo sucesivo. Asimismo, se comprometieron reponer a los cinco trabajadores despedidos injustamente.
La paralización fue tan contundente y recibió el total respaldo de la población quienes se solidarizaron con esta causa tan reclamada por reivindicar a los trabajadores y sus familiares de la explotación y el abuso que sistemáticamente aplicaron en San Jacinto Los Picasso Candamo quienes instauraron una política de miedo, represalia y sometimiento a dirigentes sindicales y hasta de autoridades, convirtiendo nuestro distrito en una pequeña dictadura en donde hacían lo que querían y la razón del pobre nunca era escuchado en las altas esferas judiciales, políticas y hasta religiosas.
Lo que llamó la atención a muchos, fue el comportamiento extraño del alcalde, cual forastero que le importa un pepino la realidad social de las mayorías, más por el contrario, se dedicó en forma simultanea “armar” una supuesta asamblea dizque para reclamar la titularidad del estadio San Jacinto, cuando todos sabemos la convivencia que mantiene éste con los de la empresa y que si de verdad pretende el estadio, pues bastaría aplicar la ley y ejecutando alguna acción judicial para exigir los pagos puntuales por concepto de impuestos de ley y la posesión del estadio y no prestarse a shows mediáticos nada fructíferos que solo favorecen a los explotadores.
¿Habrá sido una cortina de humo para opacar o bloquear la gran movilización de los trabajadores que ya se veía venir?
Por: Pedro Escudero Cárdenas