viernes, 16 de mayo de 2008

JUEZ ORDENA A AGROINDUSTRIAS SAN JACINTO REPONER A TRABAJADOR DESPEDIDO INJUSTAMENTE PORQUE SU ESPOSA RECLAMABA PAGO DE HABERES

PEDRO GUTIERREZ, DESPUES DE DOS AÑOS Y MEDIO GANA JUICIO A LA EMPRESA Y TENDRA QUE SER REPUESTO EN SUS LABORES HABITUALES

La peor pesadilla para un trabajador honesto es el ser despedido injustamente, y la peor pesadilla para los empresarios explotadores es ver que algunos de sus trabajadores protestan y reclaman reivindicaciones.
Algo así ocurrió en San Jacinto el 28 de diciembre del 2005, cuando un grupo de amas de casa, esposas de trabajadores de Agroindustrias San Jacinto S.A.A., viendo el temor natural de sus esposos por exigir el pago de sueldos atrasados porque podría devenir en represalias como el hostigamiento laboral y despidos; optaron por realizar una movilización pacífica por las calles de San Jacinto, exigiendo sus remuneraciones impagos y que afectaban la salud y alimentación de sus familiares.
Ese mismo día, a las 10 de la noche, la empresa en mención, emulando a los más conspicuos dictadores de nuestra historia, dirigieron sendas notificaciones de despidos a los trabajadores Pedro Gutiérrez Ramírez, José Eusebio Aguirre López y Tomás Teófilo Castillo Osorio.
A partir de entonces, empezó la vía crucis de estos humildes trabajadores. Todo se les vino encima de noche a la mañana sin comprender cual era el motivo de tan maldita decisión. No hubo ningún medio de comunicación ni autoridad civil, religiosa, política o educativa que diga “esta boca es mía” y se pronuncie contra esta medida abusiva y represiva que se dio a vista y paciencia de todos. Una vez más, actitudes complacientes, sumisas y subordinadas a la empresa se puso de manifiesto ante un hecho abominable y repudiable. Si el pueblo organizado de la mano de sus máximas autoridades hubiera reaccionado, se podrían haber revertido esas medidas.
Los meses y años siguientes fueron de constante lucha legal por exigir justicia de tres humildes trabajadores frente a un monstruo que pocas veces imparte justicia; el Poder Judicial, que en tantas ocasiones termina fallando a favor de quienes manejan el poder económico y no del pobre que anhela justicia. La famosa ley del embudo.
Pero, finalmente también hay excepciones. Hoy uno de ellos, Pedro Gutiérrez Ramírez, conocido cariñosamente como “Pelé”, empieza a sonreír y avizorar con esperanza su futuro, sino mediara alguna otra maniobra en su contra.
El día de ayer 15 de Mayo, el sexto Juzgado Laboral del Santa que despacha el Juez José Luis Guerra Lu, ha sentenciado nula el despido que la Empresa Agroindustrias San Jacinto S.A.A. hizo al indicado trabajador. De igual manera, se le comisiona al Juez de Paz de San Jacinto a fin de que cumpla con la diligencia de reposición y remitir el acta respectiva al Juzgado.
¿Qué actitud adoptaran ahora los funcionarios de Agroindustrias San Jacinto? ¿Acataran la orden judicial en su instancia final? ¿Se le repondrá a Pedro Gutiérrez en sus mismas funciones hasta antes de ser despedido? ¿Se le abonará los devengados por concepto de remuneraciones de los dos años cinco meses que estuvo despedido injustamente?
Eso lo sabremos los próximos días o semanas. Y como dice Pedro, “…que me pongan donde sea, con tal de trabajar y llevar con el sudor de mi frente el pan para mis hijos…”
Este es un ejemplo de fallos judiciales que añora nuestro pueblo, porque aquí es difícil ganarle a la empresa, así se tenga la justicia y la razón.

Pedro Gutiérrez sonriente contando las viscisitudes que pasó en este largo jucio que finalmente le favoreció.